1/3/10

La vida de a dos

Apenas se casaron, Teresa y Ernesto hicieron un pacto con la muerte: le pidieron no separarse nunca más. A cambio, la muerte les exigió la inmortalidad. Aceptaron enseguida y volvieron a su casa con la felicidad y la tranquilidad de saber que iban a estar juntos para siempre.

Hoy llevan veintinueve años de casados. Hace tiempo que Teresa dejó de plancharle las camisas a Ernesto. Él ya se olvidó del día del cumpleaños de Teresa. Duermen en cuartos separados y se turnan para desayunar en la cocina. Teresa y Ernesto están condenados a vivir juntos eternamente. Hasta que la muerte los separe.

7 comentarios:

Ana GyS dijo...

Sabés que se me vino a la mente recién... esa frase: lo que ayer los unía, hoy no separa. Que eternidad de tormentos! prefiero ir al infierno. jajaja

Juan Cruz Vassallo dijo...

El tema es que Teresa y Ernesto, ya estan en el infierno sin haberse ido a ningun lado...

Katy dijo...

Hola Juan, es que no se puede pedir sino estamos seguros de poder asmir un compromiso. La felicidad no se encuentra, ni se concede, se trabaja cada dia. Es un camino a conquistar, no una meta.
Buena reflexión.
Un abrazo

Cristina k dijo...

Hola Juan, desde el taller que compartimos que leo lo que escribís. Me alegra que lo sigas haciendo, así nos seguimos deleitando. Nunca te dejé ningún comentario, todavía no me llevo muy bien con estas cosas. Teresa y Ernesto me sacudieron. Me encantó el texto. No son pocos los ernestos y teresas que viven en un infierno armado por ellos mismos. Y vos los describiste maravillosamente bien. Un gusto
Besos
Cristina

Cristina la ochi dijo...

Hola Juan, desde el taller que compartimos que leo lo que escribís. Me alegra que lo sigas haciendo, así nos seguimos deleitando. Nunca te dejé ningún comentario, todavía no me llevo muy bien con estas cosas. Teresa y Ernesto me sacudieron. Me encantó el texto. No son pocos los ernestos y teresas que viven en un infierno armado por ellos mismos. Y vos los describiste maravillosamente bien. Un gusto
Besos
Cristina

Juan Cruz Vassallo dijo...

Gracias Cristina, para mi es un honor que digas eso porque a mi tambien me encanta cómo escribis y con la pasion q lo haces

Hola dijo...

¡¡Ja!! Genial. Es una muerte muy inteligente aquella que exige la inmortalidad como parte del trato. Me gusta. Condena a quienes querían condenarla.